domingo, 23 de mayo de 2010

22.


tenía tanto por dar al resto. no importó que era lo que la gente pensaba. siempre hubo gente que, pensaba mal de sus intenciones. que decidió que sus palabras no eran ciertas, y con esa idea se quedaron. Que sus te quieros, sus perdón, sus lágrimas; todos y cada uno de sus gestos eran falsos. Ella enseñaba su interior al resto, dejaba ver lo bueno, lo malo y también sus puntos flacos. Aquellos donde podían atacarla. Y así lo hicieron. En cada una de esas pequeñas grietas. Metieron los dedos, y las hicieron grandes, haciéndola sentir muy abajo, muy chiquitita. Aquellas personas que fueron todo para ella. En especial una persona. Fue todo para ella, era su confesor, era su apoyo, era sus momentos de risas, era quien hacía que se sintiera una gran amiga. Para él también fue, o eso creyó ella un gran apoyo, aquella a quien contaba sus miedos, a quién pedía ayuda cuando no sabía que hacer. Pero, al tiempo se dio cuenta que, no pudo ser tanto. Él, que tanto supo de ella, lo utilizó en su contra. Supo donde darle, que lugar iba a ser más doloroso y así lo hizo. Consiguió lo que pretendía, llevarla hasta el subsuelo. Y pareció feliz de haberlo conseguido. Ella remontó el vuelo más tarde, consiguió salir, quitarse y curarse cada golpe, cerrar cada agujero abierto. Y así, salió. Quizás un poco mal parada. Cambió, intentó que no le volviesen a hacerle eso. Que no se volviera a repetir esa situación. Pero, al fin y al cabo; las personas no cambian tan fácilmente. Y ella, siguió mostrándose al resto tal y como era. Quizás él, si que consiguió cambiar; tanto que hoy, no le puede reconocer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario